martes, 27 de enero de 2009

FOTOS SALIDA ALBERTI - PLA - GDOR. UGARTE - ACHUPALLAS PARTE I

CARTEL ESTACION PLA

CERDO MUERTO FRIÉNDOSE

ESTACION GOBERNADOR UGARTE (FCO)

CAMINO DE ARENA

SALIDA ALBERTI - PLA - GDOR. UGARTE - ACHUPALLAS

Fines de diciembre: sinónimo de fiestas y cercanía de la partida mi viaje al Sur pero también de exámenes en la Universidad y dolores de cabeza intensos aguantando orales interminables con un calor insoportable.

Esta vez viajé a Alberti, Provincia de Buenos Aires a tomar examen en la sede de la Facultad de Derecho. Como la mesa arrancaba a las 09:00 hs del sábado 20 de diciembre tuve que salir de Buenos Aires a las 06:00 AM y no fui solo, me llevé mi bici con el plan de recorrer la zona (ya recorrida con Alepol y los amigos de los mega en un espectacular viaje de dos días con alforjas) después de cerrar la mesa, llenar las actas y despedirme de los chicos de la universidad.

A las 14 hs. terminamos de tomar examen y descubrí al salir del aula que el calor orillaba los 38 grados. Demasiado. Mis amigos Popy y Chato me invitaron a su casa a comer unas porciones de pizza muy copada preparada en el magnífico por el famoso “Varela”, eximio panadero y conocedor de la zona.

Esas porciones poderosas me llenaron de hidratos de carbono necesarios para emprender la recorrida y así fue. El calor era insoportable así que esperé hasta las 15 hs charlando con los amigos y decidí salir. Compré líquido (el que fue insuficiente) y previa carrera de bici con el primo de Popy que manejaba su playera a 34 km/h con solo unos pocos años, agarré el acceso a Alberti con destino a la Ruta Nacional N°5.

Crucé la ruta y agarré el camino de tierra (¿?), mejor dicho arena tipo Sahara, hacia la localidad de Pla, pueblo buenísimo con su estación de arquitectura francesa, la que pertenecía al Compañía General.

Los caminos estaban imposibles de arena, perdías la estabilidad y por momentos las piernas no daban más.

En Pla busqué el cruce entre las vías del Cia. Gral. y las del Midland pero no vi nada, ni siquiera el terraplén de ese segunda línea. En el pueblo no vi señales de vida humana. Si unos caballos a la sombra y nada más.

Vi mi GPS y según el Sr. Garmin existe un camino que te lleva desde Pla hasta uno de los puntos de la recorrida: Achupallas. Agarré el camino bajo un sol picante. Al toque sentí un ruido como el de una milanesa friéndose y efectivamente era un chancho muerto al costado del camino que estaba literalmente friéndose por el calor. Un asco pero llamativamente no largaba olor.

El camino a los pocos kilómetros se cortó, jamás llegaría a Achupallas o a otro lado por esa senda.
Volví a Pla y agarré para Gobernador Ugarte, hermosos caminos pero arena a full. Según un amigo de la zona los caminos están ablandados por la cantidad de camiones que habían pasado con motivo de la cosecha de trigo. En algunos campos estaban regando y estaba re tentado de ponerme bajo ese chorro de agua y aliviar el calor.
En ese tramo estaba casi sin agua. Necesitaba llegar a algún lado (en Pla no había nada) para comprar algo de tomar y no terminar como el cerdo en el camino muerto de sed.

Después de hacer unos kilómetros por la arena llegué a la ruta 51. Podría haber hecho por la ruta asfaltada 3 km y entrar al pueblo por el acceso asfaltado pero vi en el GPS que existía una alternativa de seis km paralelos al acceso. ERROR. No es posible describir lo que era ese camino, un verdadero arenal. En alguna parte casi me pongo loco, realmente jodido y además me había tomado el líquido que tenía. La arena es un factor que hay que tener muy en cuenta en esa zona.
Llegué finalmente a Gdor. Ugarte, con su linda estación perteneciente al desactivado ramal del Ferrocarril Oeste (Sarmiento) a La Rica.

Esa parte de la provincia arde con ferrocarriles –casi todos parados- y pensaba lo que debía ser la zona con ese ramal andando y al mismo tiempo el Midland y el Cia. Gral., tantos ramales activos en tan pocos kilómetros a la redonda.

El pueblo Gdor. Ugarte es piola, con mucho movimiento y almacenes en donde me hice de varias gaseosas y agua (me tomé tres litros de Seven up).

Estaba tan agotado por el calor y la arena que me tiré en la plaza a dormir una siesta y otro ERROR, ya que no me di cuenta y me levanté a las 20 hs. y estaba a 40 kilómetros de Alberti!!!

Debí renunciar llegar a Achupallas ya que me iba a caer la noche y no tenía luz delantera ni ganas de caerme o que no me vean o no dar con el camino y pasar la noche con el chancho muerto.

Salí de Ugarte y agarré el acceso a la Ruta 51 –asfalto- y sobre la banquina vi algo re loco. Una mujer, linda, bien vestida, de blanco estaba parada al costado de la senda con pose de "hacer la calle" pero estaba muy bien vestida y no daba con el perfil de mujer a la que llaman “calle” como dice la canción de Manu Chao, además no pasaba nada ni nadie. Tampoco parecía alguien que estaba esperando a un conocido (por la forma en que estaba parada). Nos saludamos y después me quedé pensando si no se trataría de un fantasma, jajajaja.

La vuelta fue lo mejor, asimilada la 7up, la temperatura bajo y el campo explotó de vida, zorros, zorrinos, pájaros, los colores del atardecer, un espectáculo para Animal Planet. Y eso que uno piensa que en la pampa no hay mucha biodiversidad. Miles de pájaros y una brisa reparadora.
Tras cruzar el rio Salado y ver como los peces se acercaban a la superficie a respirar (¿?) o boquear, que se yo … llegué a la RN 5 y entré a Alberti cuando ya era de noche.

Pasé por lo de mis amigos y decliné quedarme a cenar para no tener que viajar de noche con el auto, cansado (no de pedalear bajo un sol demoledor casi ochenta km, sino algo mucho peor: tomar 20 exámenes por la mañana).

Algo curioso de Alberti, ciudad a la que asisto regularmente y que me gusta mucho por su tranquilidad, su parque, las obras del arquitecto Salamone, etc., es que todos los sábados de verano los bomberos ponen a circular al "chancho movil". Una motobomba va con un “trailer parrilla” en el que se cocinan dos lechones. A partir de las 18 hs empiezan a vender números para rifar, recién a las 22 hs y con los bichos “a punto”, los lechones ya cocinados.

A las 23 hs agarré la 5 y llegando al cruce de la 51 me decidí entrar a Achupallas ya que me habían quedado ganas de ver el pueblo. Muy bueno (me habían dicho en Alberti, y lo comprobé, que pusieron un restaurante en Achupallas muy bueno), un pueblo que invita a entrar. Tiene una entrada muy linda, camino mejorado y carteleria abundante. Entré a las 23.30 y vi el restaurante y en el medio de la calle una larga mesa llena de gente haciendo un asado. Pasé por al lado y me miraron como bicho raro (solo, en un auto, con una bici atrás, a medianoche, jajaja) y los saludé.

Pegué la vuelta por la plaza y los pasé por al lado de nuevo, pero esta vez un perro me obligó a pagar ya que se había interpuesto en el medio de la calle y les explique el motivo de mi presencia. Criticaron a sus vecinos de Ugarte –típica la de tirar palos a los del pueblo vecino- y hasta me invitaron a comer. No podía. Del medio de la mesa saltó un conocido de Alberti, Angel, (ex alumno y funcionario municipal) y le llamó la atención mi presencia en medio de la noche. Charlamos y todo 10 puntos.

Achupallas era una estación del Compañía. El edificio (lo vi de noche iluminándolo con las luces altas del Gol) está muy bien conservado. Me lo imagino recibiendo los trenes. El papá de mi amiga Popy me contó que cuando vivían en Achupallas tenían un entretenimiento: a la noche en la cama hacían una apuesta con la mujer. Sentían llegar al tren con su vapor a full y hacían apuestas si pasaba o no el puente sobre el Salado ya que a veces no le daba la fuerza para subir la cuesta y a veces sí, si no llegaba volvía para atrás y retomaba con todo para pasar.

Me fui al rato y llegué a Buenos Aires a las 02.30 de la madrugada, destrozado de sueño.

viernes, 23 de enero de 2009

Fotos tramo Gaiman - Rawson 4 - Llegada al mar. Fin de viaje!

Ultimos metros del rio Chubut (Puerto de Rawson)
Desembocadura del rio en el mar.
Llegada a la playa.

Fotos tramo Gaiman - Rawson 3 - Ciudad de Trelew

Tipicos pasajes de la Ciudad de Rawson
Vieja estación de trenes de Trelew (actualmente Museo Regional)
Plaza
Viejo edificio escolar

Fotos tramo Gaiman - Rawson 3 - Ciudad de Rawson

Puente nuevo sobre el Chubut
El Chubut con marea alta
Viejo puente
Casa de Gobierno de la Provincia de Chubut

Fotos tramo Gaiman - Rawson 2 - Llegando al mar

Puente Hendre sobre el Chubut. Te deja en Trelew.
Cruce Ruta 25 y Ruta Nacional 3
LLuvia al final del viaje? Aguantá que faltan 25 kilómetros!
Entrada a Rawson

Fotos tramo Gaiman - Rawson 1 - El Camino de las Chacras



Barda soleada
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Última entrega viaja Rawson - Bariloche.

10 de enero de 2009:

En el día de la última etapa del viaje en bici me hubiese gustado levantarme solo, cuando mi cabeza lo quisiese, pero no tuve esa suerte. Desde las 06:30 unos turistas pesadísimos estuvieron cargando una camioneta con bolsos, valijas, cosas, miles de cosas, metiendo y sacando y en cada oportunidad era un activar y desactivar la alarma antirrobo de la 4x4 pese a que estaban en la playa de estacionamiento del hotel. La camioneta estaba a tan solo un metro de la ventana de mi habitación. A las 07:15 ya estaba arriba.

Durante el desayuno –muy bueno por cierto- hablé con el dueño del hotel y me indicó una alternativa muy interesante para llegar a la ciudad de Rawson sin tomar la RN 25, se la conoce como el “camino de las chacras”, va por el valle y ha sido recientemente asfaltado.

Me despedí de los norteamericanos y de la gente del hotel y salí para el lado de la plaza en busca del camino de las chacras.

Cruzando el puente que cruza el Río Chubut hacia la margen sur agarrás la ruta que esta asfaltada y esta impecable. Los paisajes son bellísimos.

Todo el camino está aromatizado por la infinidad de plantaciones que se han desarrollado en esa parte del valle inferior. El tiempo estaba bueno pero hacia el norte se divisaban unas nubes negras con lluvia, hacia el sur reinaba el sol que pintaba de dorado las bardas. Un espectáculo. En las chacras se ve mucha actividad. Algunos establecimientos están abiertos para los turistas.

El camino no tiene mucho tránsito y en él entrenan varios ruteros. En la ruta me encontré con Oritia quien estaba entrenando y me acompañó hasta el cruce del camino con la RN 25 cerca de la Ciudad de Rawson. Gran parte del trayecto que tiene varias curvas lo hicimos a un promedio de 30/35 km/h –liviano para ella- y agotador para mí. Todo genial pero llegando al histórico puente Hendre -que conecta la zona de chacras con la ciudad de Trelew- hubo una confusión. Yo giré como para encarar el puente y sacarme una foto y mi compañera que venía atrás me llevó puesto lo que provocó una espectacular caída. Yo como venía cargadísimo con las alforjas ni me moví. Pararon automovilistas para ver si estaba todo bien. Como buena deportista se paró, afirmó estar bien y pese a todo tuvo el buen gesto de sacarme una foto en el puente.

Seguimos hasta la RN 25. Ella retomó para Trelew y yo agarré para el lado de Rawson. A unos 500 metros pasé por debajo de la RN 3 y tomé el acceso a Rawson (que corre por la margen sur del río Chubut). Los autos pasaban a mil por hora y pensaba en la suerte que tuve al no agarrar la 25 desde Gaiman. Un mega camión que llevaba en su acoplado una enorme máquina vial me tocaba reiteradamente bocina, de esas de corneta a aire comprimido, con intención de que me corra del camino saliéndome de él (eso que iba por la línea blanca y la ruta en ese tramo no tiene banquina asfaltada). Increíble. Finalmente me pasó finito pero siguió su viaje. No sé si era por el viento o qué pero el tramo lo hice tranquilo a 30/35 km/h.

Al rato llegué a Rawson sin entrar a Trelew gracias al camino de las chacras. En la entrada hay una fuente con figuras de animales marinos (elefante marino, lobo marino y no sé que otros) lo que indicaba la cercanía del mar. A la Ciudad de Rawson desde la RN 25 se puede acceder por dos puentes, uno “viejo” muy lindo de metal y otro más moderno cercano al puerto.

Yo quería finalizar formalmente el viaje en bici en el mar y por eso quise dirigirme a Playa Unión, una ciudad balnearia muy visitada por la gente de la zona y turistas que se encuentra al norte del río Chubut (por lo tanto uno debe cruzar el río si es que viene por la RN25). Seguí estrictamente los carteles que están sobre la ruta y tras pasar el puente moderno vi que iba en sentido al mar pero el GPS no indicaba puente alguno que me dejase del otro lado del río.

Nunca llegué a Playa Unión pero desde el camino que tomé pude ver cómo el río que conocí allá bien arriba, en Paso de Indios, ahora se fundía con el océano. Llegué a un lugar muy lindo llamado Playa Magagna. Estaba la marea baja y tuve que caminar por la playa más de 200 metros para la foto.

Estaba muy contento porque finalmente había llegado al mar, al destino propuesto como final del viaje. El mar tenía un color espectacular, muy atractivo, un tono de turquesa que me atrapó por varios minutos en los que aproveché a descansar.

Saliendo de la playa se me acercó un patrullero para preguntarme acerca del viaje, muy copado el agente de la ley. Le comenté lo de los carteles en la ruta y me dijo que no era el primero que se perdía buscando Playa Unión. A mí no me calentó ya que, en realidad, lo que yo quería era llegar al mar, al lugar en donde vuelca sus aguas ese río compañero de tantos kilómetros.

Retomé para Rawson –capital de la Provincia de Chubut- distante a unos 7 km de la playa. En la entrada divisé la terminal de ómnibus, fui a sacar el pasaje para Buenos Aires para el día siguiente y retiré la encomienda que había despachado en Esquel.

Me alojé en un hotel del centro de Rawson (uno de los dos que tiene la ciudad ya que el grueso del movimiento se lo lleva Trelew) en el que se alojan muchos familiares de presos alojados en el famoso penal de Rawson, cárcel de la que se fugaron en agosto de 1972 un grupo de presos políticos, suceso que derivó en la lamentable masacre de la base aeronaval Almirante Zar de Trelew, en la que fueron asesinadas 16 personas.

Dejé la bici en el hotel y me fui en colectivo a Trelew –en galés “Pueblo de Luis”, en donde “tre” = pueblo y “Lew” = Luis- distante a unos 17 km. En esa ciudad, mucho más grande que Rawson, visité el Museo Histórico Regional que funciona, al igual que el de Gaiman, en la vieja estación ferroviaria. Tiene material muy interesante y conservan el edificio de la estación como nuevo. Pese a que era sábado no encontré librerías abiertas, salvo una frente a la plaza pero tenía los libros un 30% más caros que en el museo de Gaiman. Me aconsejaron ir a Puerto Madryn para conseguir los libros que buscaba.

Trelew es una ciudad con edificios hermosos y muy bien conservados destacándose el Touring Club, el Teatro Español, el Teatro Verdi, el Banco de la Nación Argentina y la cuidada plaza central.

No se puede dejar de visitar el Museo Paleontológico Egidio Feruglio. Además del imponente edificio en el que asienta la colección de fósiles (se puede tocar un hueso de dinosaurio) y exhiben restos del gigante Argentinosaurus, se disfruta de la interesante propuesta que ofrece la institución: viajar por el tiempo desde los primeros asentamientos humanos en la Patagonia hasta el propio origen del universo con el big bang. A mí que venía con la cabeza bastante descontaminada, las preguntas referentes al origen de todo lo que conocemos, qué es lo que hay más allá de los límites del universo, me dejaron con una sensación media angustiante.

Volví a Rawson y tras sacar fotos en la casa de Gobierno y en la residencia del gobernador, sobre una hermosa peatonal que termina en la plaza principal, me fui a tirar un rato.

Cuando tuve hambre –a eso de las 22:30- salí a cenar. Todos estaban cerrando!!! Me tuve que arreglar con un cuarto de pollo adquirido en un parripollo. Al menos no tuve que recurrir a las pocas reservas de chacinados y frutas secas que, en realidad, ya me tenían un poco podrido.

11 de enero de 2009:

Me levanté y dejé todo armado para dejar la habitación y subirme por la tarde al micro que me dejaría de nuevo en Buenos Aires. En Rawson llovía al comenzar el día.

Como no pude conseguir en Trelew los libros que buscaba me fui hasta Puerto Madryn en colectivo. A las 11:00 AM todas las librerías de Madryn estaban cerradas, claro que era domingo. Me fui a recorrer la ciudad.

Madryn es muy linda ciudad, con un entorno natural espectacular, pero es un pichón de Villa Gesell o San Bernardo con ballenas. En plena temporada arde con todo el show del que me quise alejar con mi viaje: chicos con caprichos insaciables, galerías comerciales, suvenires a full, gritos, ofertas que no son tales, spas, parador Toyota, extraña 4x4 estacionada en la costanera con las cuatro ruedas en llanta y con escupitajos en todos los vidrios, gente corriendo a ningún lado, etc. Debe haber otros meses del año en que la ciudad sea más amigable para los hombres que vienen en son de paz.

Se destaca el muelle Piedrabuena, toda la costanera y las extensas playas. No acompañó el tiempo. Estaba fresco y nublado con viento patagónico.

Me habían avisado que en el shopping de Madryn, a las 13:30, abrían la librería. Me fui a tomar un café para hacer tiempo ya que estaba demasiado fresco para estar afuera y me había olvidado el polar en Rawson. Ya arranqué con un nuevo libro, adquirido en el museo de Gaiman: Diarios del explorador Llwyd ap Iwan.

Tamaña sorpresa me lleve cuando abrieron la librería y descubrí que los libros estaban casi al doble de precio tomando como referencia los del Museo Regional de Gaiman. Me pareció un verdadero abuso. Sería bueno explicarle a los comerciantes de esa ciudad que no todos los que traspasamos la puerta de entrada hemos llegado en cruceros con los bolsillos llenos de euros.

Tal fue mi calentura que rajé corriendo para la terminal y encarar para Gaiman. Antes de salir hice varias llamadas: a la oficina de turismo de Gaiman y al museo regional. Averigüé si tenían los libros que buscaba y salí con todo para Gaiman.

Los choferes de los micros –Madryn/Trelew y Trelew/Gaiman- muy copados. Antes de una hora y cuarto estaba en el Museo Regional, compré los libros y aproveché para dar una vuelta por el pueblo.

De vuelta en Rawson me fui al hotel a buscar mis cosas y de ahí a la terminal que queda a unas seis cuadras. Desarmé la bici, la embalé y esperé la llegada de mi micro con la grata compañía de Liliana, encargada de la oficina de turismo de Rawson, quien me convidó con mates y tortas fritas.

Llegó con atraso el colectivo que ya venía girando desde Comodoro Rivadavia y saqué mis pies de la hermosa provincia de Chubut para volver a apoyarlos, casi un día después, en mi ciudad de Buenos Aires.

Fotos tramo Villa Dique Florentino Ameghino - Gaiman 3

Colegio Camwy
Una de las primeras casas de Gaiman
Atardecer por la zona de canales - Gaiman
Edificio de la Cia. de Irrigación. El canal pasa por debajo del edificio!!!

Fotos tramo Villa Dique Florentino Ameghino - Gaiman 2

Viejo tunel del FFCC
Vieja estacion de tren (actualmente museo histórico regional)
Edificio estación. Esta impecable.
Puente colgante peatonal sobre el Rio Chubut

Fotos tramo Villa Dique Florentino Ameghino - Gaiman

Luna sobre la Villa
Restos del FFCC
Devastado por el calor y faltan 64 km!!!
Hostería de la Villa

Décima entrega viaje Bariloche Rawson - Tramo Villa Dique a Gaiman

09 de enero de 2009:

El plan era salir temprano para evitar que me agarre el calor en medio de la ruta y, menos aún en la empinada subida que te saca de la Villa.

A las 07:00 hs ya estaba saludando al dueño de la hostería y salí con todo para la subida. No había nadie en la calle y parecía que todo el pueblo dormía (bien que hacían!!!).

El día estaba espectacular, ni una sola nube, pintaba fantástico pero todo se fue al bombo más tarde.

Con los cambios apropiados salí al acceso a la ruta, y paré a ver si quedaba algún resto de la estación en la que bajaban el cemento de los trenes, pero solo se ven algunos cimientos y –lo que resulta muy peligroso- unas aberturas en el piso en la que puede caer alguien que camine descuidado por la zona.

En el acceso todo bien, 25 km/h sin calor. Ya en la ruta hacia Rawson y con el convencimiento de que va en bajada hacia el océano Atlántico y que el viento hacia el este no falla, agarré tranquilo mi camino.

Saliendo de Las Chapas tenes una subida importante pero nada grave. Luego viene una gran bajada (61 km/h marqué en esa pendiente) que te emociona y te hace pensar que es así –como un gran tobogán- hasta la orilla de la Playa Unión. Error.

Tras la bajada el nivel se aplana, viene una gran planicie tipo pampa, con pequeñas ondulaciones. Debe de haber una “bajada” pero para el ciclista no se nota. No podía superar los 20 km/h por más pata que le pegase, yo no sabía si el problema era que no tenía piernas suficientes o el fuerte calor que apareció desde temprano (no hay una sola sombra en esa parte). Al rato veo que el motivo del frenazo era un fortísimo viento cruzado –casi en contra- que tiró por la borda todos los pronósticos. Se puede afirmar, entonces, que en la RN 25 no siempre los vientos van hacia el mar. En tramos en los que sin viento me hubiese desplazado a 30 km/h, no podía superar los 15 y en algunas partes me tenía que contentar con avanzar a solo 11 kilómetros horarios.

Para colmo la 25 –que se angosta notablemente después de Las Chapas- va por arriba de la meseta y a tu derecha ves que a pocos kilómetros y allá abajo esta el verde valle. Uno se pregunta por qué no se puede ir por allí abajo y disfrutar de un poco más de verde en un día tan caluroso. Eso te juega en contra en lo que a “cabeza” se refiere. Cuando llegué a destino descubrí que hay interesantes caminos de ripio que conectan la Villa del Dique con las localidades del valle inferior. De haberlo sabido antes …

El calor me estaba matando así que me tomé casi toda el agua, me comí un tomate, frutas secas pero no había caso. A ese ritmo no iba a poder concluir los casi 140 km previstos en el día para llegar a Rawson. Me la pasaba parando para reponerme un poco del cansancio.

Tras pasar el acceso a la localidad de 28 de Julio llegué a la entrada de Dolavon. Allí hay una estación de servicio que me salvó. Pude comprar algo frío. Mientras descansaba unos muchachos que están trabajando con un camión repartidor de hielo –a quienes me los había cruzado a la mañana en el acceso al Dique- me animaron a que siga hasta Rawson minimizando lo que quedaba por recorrer. Pese a la buena onda suspendí la idea de llegar a Rawson por la tarde y la verdad es que no me equivoqué ya que un rato después pude parar en Gaiman para quedarme hasta el día siguiente y así pude conocer uno de los lugares más interesantes del viaje.

Llegué a Gaiman después del mediodía en un estado lamentable. Fueron 112 km. En el último tramo el viento era insoportable. Lo primero que hice fue tomarme un litro y medio de Sprite (no soy experto en gaseosas pero la Sprite del Sur, la que envasan en Trelew, tiene menos gas que la que a veces consumo en Buenos Aires y es infinitamente más bebible, sin ese dolor en la garganta que produce el exceso de burbujas).

En la oficina de turismo fui muy bien atendido refiriéndome no solo qué lugares podía conocer sino también donde alojarme.

Lo primero que fui a visitar, antes de decidir si finalmente me iba a quedar en Gaiman, fue el viejo túnel del FFCC, el que hoy puede ser transitado a pie o en bicicleta con ayuda de una linterna.

Imperdible es el Museo Regional de Gaiman, que funciona en el viejo edificio de la estación de trenes. El edificio se conserva impecable y el material que guardan en el museo es impresionante. Poseen valioso material documental y los chicos que trabajan allí son de primera. Tan pero tan bien me atendieron que ante mi estado penoso me convidaron unos mates que me pusieron para arriba en apenas unos minutos. Compré algunos libros sobre la historia de la región (no compré otros que eran más grandes ya que por su peso quería comprarlos en la última parada atento no poder cargarlos en las alforjas).

Cuando salí del museo decidí finalmente dormir en Gaiman por dos motivos: 1) Estaba reventado y 2) El pueblo tiene mucho para conocer.

En la salida del museo me encontré con dos cicloturistas de Seattle – USA, quienes terminaron parando en el mismo hotel al que fui a pasar la noche. El hotel se llama Unelem y es atendido por la familia de los dueños. Es un edificio muy viejo y se encuentra muy bien ubicado cerca de la plaza principal de Gaiman.

Salí a caminar por el pueblo y hablando con gente del lugar me pusieron al tanto de que el viento que me había tocado padecer es del Noreste y siempre trae lluvia.

Visité todos los puntos de interés de la colonia Galesa (Colegio Camwy, la primera casa, Capillas, el edificio de la Compañía Unida de Irrigación –bajo cuya estructura pasa el canal de riego-, entre otras). Se destaca la plaza, atravesada por canales de riego y con muchos árboles y plantas muy bien cuidadas. Cada edificio tiene su historia y gracias a un mapa, que me dieron los chicos del museo regional, con una pequeña reseña histórica de cada lugar puede conocer muchas cosas.

Por la noche cené una poderosa milanesa napolitana con ensalada en un lugar muy bueno que se llama “Como en Casa” y me fui a dormir.

Fotos Los Altares - Las Plumas - Villa Dique Florentino Ameghino 5

Rio Chubut y Dique
Cueva La Leonera
Escaleras al cielo
A los carniceros de la Patagonia les encanta ser bien gráficos e ilustrativos.

Fotos Los Altares - Las Plumas - Villa Dique Florentino Ameghino 4

Tunel
Atardecer sobre el Dique
Vista de la Villa desde el Dique
Bajada tipo tobogán!!!

Fotos Los Altares - Las Plumas - Villa Dique Florentino Ameghino 3

Por suerte hay sombra para descansar un rato a lo largo de los 100 kms ...
Terraplen del viejo FFCC Central de Chubut saliendo de Alto Las Plumas (vieja cabecera del ferrocarril)
Entrando a Villa Dique
Entrada al Dique. Vista del Embalse Florentino Ameghino