lunes, 26 de agosto de 2013

LA CIUDAD DE ZÁRATE: SUS ALREDEDORES Y ALGO DE SU HISTORIA.

Entrada al Club Paraná.
Sede social del Club.




Y yo pensé que conocía Zárate. La ciudad de mucha gente y la de paso para muchos más. Y esta vez que acudí al llamado de Ale para recorrerla en bici, pude ir más adentro, llegar a los rincones y a la gente del lugar. La bicicleta como llave maestra a cualquier lugar.
Junto a Campana, Zárate conforma un verdadero eje estratégico industrial. Tiene importantes vías de comunicación -rutas y ferrocarriles- y principalmente cuentan con el río Paraná de las Palmas como gran puerta al mundo. Su ubicación hizo que desde hace más de 100 años la zona se haya convertido en asiento de importantes industrias.
Así es que la zona es reflejo del país y su historia. En ella conviven grandes y pujantes fábricas y las ruinas de otras. Modernos edificios y viejas casonas a las que se las comen las malezas. Puertos modernos para el transporte internacional de automotores y líneas férreas abandonadas -el FFCC Urquiza- o en el mejor de los casos que andan de milagro -FFCC Mitre-. Un puente impresionante y las ruinas de un viejo embarcadero de vagones que permitía que el tren conecte la Mesopotamia con Buenos Aires. Parques públicos muy lindos y verdes y zonas híper contaminadas. Gente que con ganas pasa una tarde de sábado levantando su nueva casa en su terreno y otra que parece no tener chances de salir de los bordes miserables a los que el destino los empujó.

Ex fábrica Meteor


Uno de los tantos depósitos de autos.








Un lugar al que va la gente es el Club A. Paraná. Su sede está coronada por una vieja y ostentosa construcción de principios del siglo XX. Muy caído el edificio y las intervenciones que hicieron las distintas direcciones de la institución no hicieron más que empeorarlo.  Pese a todo el Club está en pie y su mejor capital no humano es un lindo parque al borde de la barranca con una vista copada.
Frente al Club está la Quinta Jovita, residencia de la familia De la Torre que fue restaurada hacia 1999 y hoy es museo y centro cultural. Un lugar impresionante. Pese a que no era día de visita nos dejaron pasar y pudimos recorrer sus distintos ambientes y su patio con un hermoso aljibe y un pozo de más de 30 metros de profundidad.  
Saliendo de la ciudad hacia el norte y tras pasar por el Arsenal Naval fundado en 1873 por Domingo F. Sarmiento, llegamos a las fantasmales ruinas de la fábrica "Meteor". Una industria química que dio trabajo por más de 50 años y dejó una nefasta huella para muchas generaciones, salvo que se de el milagro de que remedien las tierras peligrosa y groseramente contaminadas. La fábrica de ácido sulfúrico dejó que los químicos se escapen a la tierra y contaminen las napas. Recorriendo los terrenos circundantes se sigue notando el olor y se ve la tierra con manchones multicolor producto de sulfitos, azufre y quien sabe qué más. Nada puede vivir allí. Los que parecen desafiar esa regla son los vecinos que moran en el barrio obrero que abrió la propia fábrica. Pese a todo un lindo lugar para jugar a sacar fotos como si estuviésemos en el set de la película Mad Max.
Desde la misma barranca envenenada se ven grandes barcos de forma rara y ya en tierra grandes extensiones de autos estacionados. Son gigantescas playas de estacionamiento para autos que se exportan o se importan. Cada 30 segundos -y eso que era sábado- pasaban con destino a la autopista Panamericana camiones con autos. Y en los alrededores hay más y más plazas logísticas. Las ya construidas y otros que se están levantando.


Veneno

Veneno

Más veneno.




Residencia de La Diana. Cayó al igual que la fábrica vecina.





En medio de la apoteosis del mundo de la logística, sobrevive lo que queda de la residencia de la Familia Palma, de estilo italiano, ruinas rodeadas de un jardín en estado lamentable pero con árboles copados. Los terrenos que la rodean ya conocieron a las topadoras. ¿Cuánto le faltará a la vieja residencia?
Luego salimos hacia el campo y llegamos al pueblo de Escalada. Tien e su estación del FCGU y muestra un gran crecimiento (¿Plan Procear?). Comimos algo rápido y seguimos las vías que llevan a Zárate y de ahí al cruce del río Paraná.
Surtidor en el pueblo de Escalada.





Tren a Zárate pasando por debajo del puente de la traza abandonada del FCGU.




Hermosa la estación Zárate del Urquiza. Con su anden bajo el nivel de la Estación.




Monumentales columnas del puente Zárate Brazo Largo.




Patio de la Quinta Jovita

Embarcadero. Aquí atracaban las balsas en la que viajaban los vagones río arriba hasta el puerto entrerriano de Ibicuy.
Cuando construyeron el puente ferrovial Zárate Brazo Largo -en la década del 70-, la traza de las vías del Urquiza cambió. Los trenes dejaron de llegar hasta el embarcadero que permitía -por un ingenioso sistema- subir los trenes a balsas que los llevaban al puerto entrerriano de Ibicuy y de ahí seguir viaje por todo el litoral. La vieja traza hoy es un terraplén pelado de vías pero en determinados puntos hay cosas lindas para visitar: el puente que cruzaba sobre las vías del BAR (FFCC Buenos Aires a Rosario, hoy Mitre), el cuadro de la vieja estación Zárate del FCGU y su trinchera, el llamado "Puente de la Muerte" por su altura y el remate en el mencionado embarcadero del que sobreviven algunos fierros.


Pescador en medio del río. Hay que ver lo caudaloso y ancho que es el curso de agua para valorar estar parado en un bote sin más.
Pasamos por debajo del magnífico puente Zárate Brazo Largo y entramos a la remozada costanera. Lindo paseo. Nuevamente en el casco histórico visitamos el teatro Coliseo. Un hermoso teatro y, nuevamente gracias a que nos ven en bici, el encargado nos permitió visitar la sala, los camarines, la sala de luces -original de 1908- y subir al escenario.

Teatro Coliseo.
 
 COMEDIA!!!
 OPERA!!!
 TRAGEDIA!!!
y DRAMA!!! en el Teatro Coliseo.



La tarde la cerramos en el Plaza Café. Un rincón con un aire especial y un detalle que invita a visitarlo: una colección de casi 2000 pocillos de café muy bien distribuidos en estanterías iluminadas por leds.
Pedalear, amigos, muchas cosas para compartir, eso es vivir y como de eso se trata hay que ir por más.
Jorge.