lunes, 18 de febrero de 2013

CAPILLA DEL SEÑOR Y SUS TRENES. UNA RECORRIDA POR CHENAUT, ANDONAEGUI, SOLIS, GAYNOR Y EL PUEBLO DE CAPILLA.


Capilla del Señor, además de ser un lugar hermoso, con su historia, su arroyo -el De la Cruz- y sus bares, te ofrece trenes a rolete. El Mitre (el ramal diesel que sale de Victoria) sigue trayendo gente (en condiciones lamentables) en su trocha ancha, el Urquiza -de trocha standard o media- y cerquita el Belgrano -de trocha angosta o métrica- cruzan la zona y plantaron en su tiempo paradas y estaciones que hoy son pueblos o caseríos.
En Capilla no la van con la moda de poner cámaras de seguridad: pusieron un león que mira amenazante desde arriba
 Pese a que con los amigos recorrimos varias veces la zona, siempre hay cosas para descubrir, así que salí desde Capilla por la vieja ruta 39 hasta Puerto Chenaut. Cerca del pueblo esta la estación de trenes pero no daba pasar ya que había que agarrar la transitada ruta 193 y no daba, así que seguí un poco más por la tierra y pasando el Paraje Los Ombúes, giré a la derecha para luego tomar un camino muy lindo -casi una huella- que bordeando la trocha angosta me dejó en Gobernador Andonaegui, lugar en el que solo sobreviven algunas casas, y la escuela. Una vieja almacén o casa y la estación han sido tragadas por la vegetación, cual templo maya en la península de Yucatán.
Vieja construcción tapada por la vegetación frente a lo que queda de la Estación Andonaegui (FFCC Belgrano)

Detalle de lo que fue el andén de la estación Andonaegui.

Parte de lo que queda de la estación
 Con viento a favor llegué a Solis, estación que junto a Gaynor forman parte del -hoy cerrado- ramal que desde Victoria empalmaba en Vagues y llegaba a San Antonio de Areco. Dos pueblos que hoy sobreviven -en parte- por la cercanía a la ruta nacional 8 y sus accesos asfaltados.
Artesanía en zinc.
 Para volver a Capilla tomé un camino de tierra muy lindo que corre paralelo al arroyo De la Cruz. Allí pude ver muchas lechuzas, un lagarto enorme y varios palomares.
Alerta
 Los 84 km de la recorrida los hice rápido así que aproveché para dar una vueltas por Capilla del Señor. Pasé por el Museo de Arte Sacro (un lugar espectacular, que no recibe apoyo ni reconocimiento de la Iglesia y que es atendido por el dueño de la casa y de la colección) y saqué varias fotos a los edificios y terminé tomando un helado tras visitar el cementerio para ver las centenarias lápidas -algunas con epitafios en lenguas lejanas-.
Aguante Capilla del Señor para pedalear!!!
Jorge
 A continuación algunas fotos:
Almacén en Solis. Un edificio muy lindo de dos pisos, raro en un pueblo tan chico.

Obstáculo en el camino. Por suerte me dejaron pasar, caso contrario pasar por el campo lindero.
Aeródromo en Puerto Chenaut
 
Muerte I
Muerte II

Un punto catastral al costado del camino.

Palomar hexagonal cerca del acceso a Gaynor.
 

Estación Gaynor (FFCC Mitre)
Qué lindo ir al doctor. Salita de primeros auxilios y consultorios en Diego Gaynor.
 
Mar de gallinas.
Mar de soja
  
Mirador en Capilla
Placas identificatorias de las calles en Capilla del Señor.
Museo de arte sacro. Un lugar muy interesante.

Un poco de Roma en Capilla. La sociedad Italiana de Socorros Mutuos.
 
El León.

domingo, 3 de febrero de 2013

RECORRIDA POR LAS SIERRAS DE BALCARCE. VILLA LAGUNA LA BRAVA Y LA RUTA PROVINCIAL 77.

Edificio de la Municipalidad de Balcarce. Obra de Francisco Salamone.

Las sierras en Balcarce que pertenecen al sistema de Tandilia son un lugar hermoso para pedalear. Ofrecen unos caminos y paisajes copados y ni hablar de las historias que uno puede descubrir.
Elegí como punto de partida la Villa Laguna La Brava con su laguna impresionante rodeada de sierras. De allí tomé un camino que rodeando sierras con sus laderas llenas de girasoles me dejó en la vieja ruta provincial Nro. 77 (atención punkrockers), de tierra y que une Nicanor Otamendi y Miramar con Balcarce (se la conoce en la zona como "El viejo camino a Miramar")que hoy solo es un camino rural pero que en otros tiempos supo ser la columna vertebral de la zona, por donde pasaba todo.
Vieja Escuela -abandonada como ilustra la foto que sigue- en el Paraje Las Piedritas.
Impresionante la construcción de madera. El aula ya sin alumnos ni mobiliario.
Lo único que no se llevaron fue el pizarrón.
El camino es copado pero como en toda la zona es característica la acumulación de un "talco" o colchón de polvo muy profundo que te saca todas las fuerzas y te seca la cadena al toque. Muchos bichos: pájaros, "toritos" que dejan sus huellas en el camino y hasta me tocó ver una fatídica lucha entre un sapo y un lagarto, en la que el primero dejó su vida y su cuerpo como comida. Algo llamativo era la cantidad de árboles con moras a lo largo de muchos kilómetros.
Detalle "Salomónico" en la Plaza principal de Balcarce. Unas sombrillas de hormigón.
En medio del recorrido me tocó cruzarme con unos personajes que son comunes en las sendas alejadas de los caminos de asfalto, con peajes y controles policiales. Personajes que andan en autos desvencijados, sin patente y seguramente sin seguro. Estos parecían salidos de la película Mad Max. Avanzaban sobre el polvo con las mismas dificultades que yo e iban levantando trampas para pájaros y bajaban la velocidad hasta casi detenerse cada 10 metros para recoger -sin bajarse y solo abriendo las puertas del auto- papas que se caían de los camiones que las llevan hasta Balcarce. Los dejé avanzar para no seguir tragando el polvo que generaban con su irregular andar.
Llegué al Paraje Las Piedritas. Un lugar que vivió y hoy ya no. Un hermoso edificio de madera y chapa en el que funcionaba la escuela se encuentra abandonado. Entré y pude ver lo que fue un aula -delataba al ambiente el pizarrón que se conserva sobre una de las paredes- y las galerías invadidas por pasto y mierda de vacas. A pocos metros otras casas y un teléfono público.
Pasando el paraje el camino se puso realmente bravo con el polvo pero tuve la suerte de encontrar un buen motivo para detenerme y descansar. Un tractor -que trabajaba en un campo lindero- se detuvo y de él bajó su conductor que se acercó a saludarme ya que compartía la misma pasión por la bici. Sentirse en el medio de la nada parte de una especie de hermandad es reconfortante. Me sugirió que le pegue duro hasta Balcarce ya que se acercaba lluvia y si el agua tocaba ese polvo no iba a poder seguir.
Así la ruta me dejó en la plaza de Balcarce, linda plaza con la intervención de Francisco Salamone. Llama la atención las "sombrillas" de hormigón. Frente a ella esta el edificio de la municipalidad -obra del mismo arquitecto- y el museo de Fangio.
La flecha de plata hecha de discos de arado.
Almorcé unas frutas, visité la estación de trenes y por la probabilidad de lluvias encaré la vuelta por asfalto así que me fui al cruce de la RN 226 -hoy autovía- con la RP 55 y así volver a Laguna La Brava. Allí la Municipalidad de Balcarce destinó un espacio en el que el gran artista Reggazoni reprodujo con discos de arado el emblemático auto de JM Fangio: la flecha de plata.
Viejo cartel y detrás el Club Social  y Deportivo La Martha

Estación Terrena Balcarce. Si la habremos escuchado nombrar
en los noticieros con las primitivas conexiones vía satélite.
Ya en la ruta 226 advertí un conjunto de edificios. Claramente una vieja almacén, un importante galpón, una escuela y la entrada a una estancia. La estancia se llamaba "La Martha" y el galpón que estaba cerca fue la sede del Club Social y Deportivo La Martha y parecía estar abandonado. Lo que habrá sido la estancia que hasta se había conformado un club a su sombra.
Antes de irme pude ver un cartel de hormigón y fue grato ver que se trataba de una vieja señal colocada por la "Asociación Fomento de Mar del Plata" que indica que "La Feliz" esta a solo 61 km (me imagino que por viejos y hoy desdibujados caminos de tierra).
Tras ese paraje vi la entrada a la Estación Terrena Balcarce, lugar que de chico parecía tan lejano y nos servía para pensar que el país estaba algo cerca de las epopeyas al espacio.
Monolito sobre la ruta 226 que recuerda a Alberto Logulo, piloto de Turismo Carretera que vivió en Mar del Plata hacia la década del 30 del siglo pasado y falleció trágicamente y en acción en 1960. 
Casco de la Estancia Laguna de los Padres. Hoy museo José Hernández.

Señal de Coquet en el Museo José Hernández - Laguna de los Padres

Ya en el auto visité el Museo José Hernández (ex estancia Laguna de los Padres), un lugar impresionante que nos permite conocer la historia de la zona, una historia que arrancó mucho más atrás que la fundación de Mar del Plata.

A MAR DEL PLATA CON ALFORJAS. LA ESQUINA DE ARGUAS Y LOS CAMINOS DE MAR CHIQUITA.

Misión cumplida y qué día que nos tocó para llegar!!!

Día 1

Una vez más a Mar del Plata en bicicleta. Esta vez con variantes, algunas planificadas y otras imprevistas. Esta vez el plan era hacer gran parte del recorrido por tierra y esperábamos encontrarnos con el viento norte, que sopla hacia nuestro destino en la mayor parte del verano. Logramos completar el recorrido, en el tiempo previsto pero el terrible viento en contra nos puso a prueba y vaya que nos hizo patear. 
El grupo fue el mismo, un grupo de fierro que le da para adelante como sea: Carlos, Silvia, Norberto y quien escribe.   
A las 7 AM salimos de la estación Alejandro Korn y por asfalto le pegamos hasta Brandsen. De ahí tomamos caminos secundarios pasando por distintos pueblos que tienen estaciones sobre las vías del FFCC Roca a Mar del Plata: Jeppener, Altamirano, Gándara y al toque Chascomús donde paramos a almorzar. En todas las postas hay muchas cosas para conocer -viejas casas, almacenes, canchas de pelota paleta, etc- pero los tiempos nos obligaban a seguir Fue una buena idea clavarnos unas pastas para recargar energías.
Cancha de pelota paleta abandonada en el púeblo de Altamirano.

Estación Gándara del FFCC Roca. Ya no funciona la industria láctea y ahora casi no pasa el tren. Pobre Gándara.
El viento se hizo sentir en esta etapa y pudimos ver lo fuerte que era por el efecto que producía sobre la laguna de Chascomús: levantaba enormes olas que pegaban sobre el paseo costanero.

El viento juega con el agua en la Laguna de Chascomús.
A partir de Chascomús tomamos la autovía 2, circulando por la banquina, bien alejados de los autos carnívoros, llegamos sin pausa hasta el puente sobre el Río Salado. En ese punto comienza el Partido de Castelli y se puede divisar el casco de la Estancia Guerrero. El hecho de estar ya al sur del Salado nos dio impulso para llegar a Dolores, donde haríamos noche.


Gran golpe anímico positivo: el km 200. Necesario saberlo después de tanto cansancio por el viento en contra.
A Dolores entramos por la vieja y fantasmal traza de la ruta 2, nos acomodamos en un hotel, a cenar y dormir. 

Día 2:
Ni bien me levanté noté que las piernas habían acusado recibo del esfuerzo. Las alforjas y el viento en contra son un cóctel explosivo.
Hermoso puente adoquinado -seriamente dañado- que fue parte del viejo camino a Mar del Plata.

Detalle que da cuenta del año de construcción del puente por parte del
Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires. 
Siguiendo por la Ruta 2 vimos varios puentes de lo que fue el viejo camino a Mar del Plata. Unos puentes muy lindos, de metal, con la calzada empedrada. Uno de ellos, ubicado a pocos km de Maipú, es de 1925 y muestra importantes marcas de deterioro.
El viento en contra no cedía (wind gurú no se equivocó) y por eso decidimos almorzar bien y no caer en el sanguche. Por eso fuimos al restaurante AMA GOZUA (Mamá Dulce en vasco) parada obligada en Maipú. Como faltaba mucho por pedalear le esquivamos a las morcillas y chorizos que hacen allí mismo. Por si no era suficiente nos habíamos hecho de unos bizcochos de gentileza que repartían en el peaje de Las Armas.
Tras dejar atrás el pueblo de General Pirán, y a unos 20 km de otro militar: General Vidal, abandonamos la autovía y nos internamos en el campo por un camino de tierra (¡Al fin silencio!) para llegar a nuestro destino del día: el Paraje Esquina de Arguas, cruce de caminos en los que solo están la pulpería (dicen que es de 1817, no lo se, pero que es del siglo XIX no hay dudas) y la escuela que es de 1887. Es decir un paraje que es anterior a cualquier línea ferrea, y a los caminos que hoy conocemos como "de siempre".
La Esquina de Arguas y nuestras bicis.
Llegamos a la Pulpería con los últimos rayos de sol. Nos esperaba su encargado, un tipo copado que conoce la zona y su gente como nadie. La pulpería es realmente hermosa, se conserva tal cual era en sus tiempos de gloria, con su barra protegida con barrotes de hierro que terminan en pinchudas puntas por si a alguien se le ocurre atacar al pulpero.
Sentado en la barra, con una picada la naturaleza nos regaló este extraordinario atardecer y gratis.
No solo nos prepararon una cena excelente -a la que llegamos previa picada- y un cuarto donde pasar la noche. Salvo algún ocasional turista, a la pulpería la visitan aquellas personas que siguen trabajando en el campo, una especie en extinción.

El portero de la Esquina.
Luna llena en la noche de Mar Chiquita.
La luna llena y un cielo limpio de luz artificial nos regalaron un panorama espectacular. Tras la sobremesa de rigor a dormir.
Detalle de una cuenta de 1947. 
Día 3:
Nos levantamos temprano y re bien. En la matera nos esperaban unos mates y agua caliente. Pudimos ver la infructuosa lucha del pulpero contra los pollos que le picaban la tierra de la cancha de bochas.
Puente de hierro en el camino que vincula a la Esquina de Arguas con Nahuel Rucá y más allá La Laguna de los Padres.

Nos despedimos de la gente de la pulpería prometiendo volver y agarramos por un lindo camino de tierra hasta Nahuel Rucá, camino cuya antiguedad quedó en evidencia por sus hermosos puentes metálicos. Por comentarios de nuestros amigos de la Esquina se trata de una ruta que pasando por Laguna de los Padres te dejaba en Mar del Plata antes de que exista la ruta 2.
Divisando las construcciones de Vivoratá, pero sin entrar en el pueblo, tomamos el llamado camino de los Espinillos y por fin, tras más de 350 km de viento en contra, eolo nos empezó a ayudar. Ese camino te deja en la localidad de Mar de Cobo. Intentamos tomar otro camino para llegar -sin tocar la ruta 11- Camet norte pero no encontramos la forma y perdimos tiempo. 
Finalmente divisamos la ruta 11. Hicimos unos pocos km rezando para que no nos lleve puesto algún relajado turista de esos a los que le gusta viajar con su familia jugando de cerca con la muerte circulando a muy alta velocidad.
Bicisenda a Mar del Plata!!!
Llegamos a Santa Clara del Mar sedientos. Repusimos líquido y tomamos la bicisenda que te lleva directo a Mar del Plata, ciudad que nos recibió pasado el mediodía con un sol espectacular.
Fueron 422 km en total en el que volvimos a comprobar que más allá de la bici que tengas, el entrenamiento que hayas acumulado, el viento que te toque, lo más importante para llegar es tener amigos como Norberto, Silvia y Carlos que le ponen la mejor onda y empujan a mil.

Jorge