Me cago de risa, ajeno a cualquier carrera armamentista y de competencia insana, anotándome en carreras de rural bike para pasarla muy bien y tratar de andar cada vez mejor pero sin matarme. En mi caso, no queda otra que cagarse de risa ya que no puedo aspirar a grandes metas a esta altura de mi juventud y con el tren de vida que llevo.
La buena onda que reina en las carreras de rural bike, sin perjuicio de las salidas de cicloturismo con los amigos y los Mega, y particularmente en las de los muchachos que hacen el Baradero x 7, hicieron que fuera con mis amigos Marcelo y Néstor hasta la localidad de Irineo Portela a participar de una nueva fecha del citado calendario.
Salimos de Bs. As. con el tiempo joya pero llegando a Baradero empezaron a verse nubes cargaditas. Para cuando nos anotamos en la prueba de 40 km –dos vueltas a un circuito con un tramo importante de asfalto- la inminencia de la lluvia era un hecho.
Ya formados para salir se largó un chaparrón que cubrió la tierra de agua y formó una capa de barro al toque. Y así bajo una fuerte lluvia largamos. A los 200 mts. ya había gente en el piso y si bien no me caí noté lo difícil que se me hacía pedalear ya que las cubiertas semislick y con mucha presión (60 PSI) patinaban como en el hielo.
El primer tramo del circuito fue sufrido ya que los barriales existentes antes de la lluvia se potenciaron con el chaparrón de la largada. Todos los participantes –a cinco minutos de la largada- parecían luchadores de barro (no es una comparación con las luchadoras que tanto nos gustan). Se trataba de avanzar por dónde se podía: el pasto, por las huellas. Por momentos se avanzaba bien pero al toque más barro y charcos.
Cuando llegamos al asfalto me enteré que la prueba se cortaba en la primera vuelta lo cual fue un alivio pero por otro lado me dio bronca ya que había ido tranquilo guardándome y pensando en tirar otros 20 km.
Los últimos kilómetros fueron rápidos -38/40 km/h- pese a que en la bici llevaba tres kilos de barro y la transmisión estaba cubierta de un compacto ladrillo de adobe. Crucé la meta escuchando los desaforados gritos de aliento de Marcelo.
Al toque en Irineo Portela se desató un diluvio de proporciones bíblicas. Con varios pibes nos fuimos a lavar en una ducha improvisada bajo el impresionante chorro que salía del tanque de agua de la estación de trenes (perteneciente al FFCC Belgrano).
Dentro del galpón de la vieja estación la organización armó una cantina y un espacio destinado a entrega de premios. Pese a la lluvia la onda era la mejor. Todo el mundo se cagaba de risa. Un verdadero logro de la organización.
La próxima fecha del Baradero X 7 es el 18 de abril.
Link de Baradero x 7 y fotos: http://ruralbikebaradero.blogspot.com/
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