viernes, 11 de noviembre de 2011

DESTINO CHASCOMUS. RAMALEANDO POR LA VIA A MAR DEL PLATA Y EL EXTRAÑO RAMAL DE LA PLATA A LEZAMA. EST. ADELA, MONASTERIO, PESSAGNO Y LIBRES DEL SUD

Un pedacito de Mar Caribe en la pampa? Un cenote hacia el mar? Impresionante tanque australiano.
Monumental estación Libres del Sud en medio de la nada.
Por acá pasaba el tren, de hecho lo que se ve es una vieja alcantarilla cubierta por durmientes
Postal pampeana
Casa La Querencia en el Paraje Monasterio

Temprano por la mañana y tras desayunar en el parador Atalaya de la Laguna de Chascomús, si el de las clásicas medialunas, partimos bordeando la costanera, visitamos la estatua de bronce del Presidente Raúl Alfonsín del escultor Luciano Garbati (http://www.youtube.com/watch?v=NYgfb_Cci6w), pasamos por los distintos balnearios y clubes de pesca y llegamos a la Autovía 2. ¿El viento? En contra por los siguiente 65 km, ¡adelante!.
Tomamos la autovía circulando por la banquina a paso firme cuidándonos de mantenernos lejos de los autos que pasaban cagando.
Pasamos la laguna Chis Chis, cruzamos la autopista y entramos al hermoso pueblo de Adela. El pueblo tiene su pulpería histórica y tan solo una calle alfombrada de cesped que te lleva a la Estación. Allí fuimos amablemente atendidos por el auxiliar de la estación quien nos mostró cómo funciona el sistema de señales y particularmente el sistema de Palo Staff. Pero no fue cualquier explicación: justo venía una formación Talgo desde Constitución en pocos minutos y pudimos ver el intercambio del aro con el famoso "palo". Fue una experiencia genial. Ser atendidos de ese modo y ver pasar la formación Talgo IV con la GM319 a la cabeza es más de lo que un amante de los trenes puede esperar.
Volvimos a la ruta 2, y esquivando en la banquina innumerables restos de correas y restos de gomas que habrán emputecido el viaje a ilusionados vacacionantes, llegamos al paraje Monasterio.
Hace muchos años la vieja ruta 2 pasaba por lo que hoy es la única calle del paraje Monasterio. Es hermoso ese lugar, su almacén y el restaurante La Querencia con su clásica cancha de paleta. Un lugar con mucha vibra en la que nos abastecimos bien para encarar el resto del viaje. Visitamos el salón de la sociedad de fomento y la capilla de San Martín de Porres.
Salimos hacia el Este, destino Estación Atilio Pessagno. Impresionante camino rural, con muchas lagunas y miles de bichos: culebras, mulitas, pájaros de todos los colores, además de vacas, caballos y ovejas. Divisamos también varios puntos de geodesia del ex IGM, mi nuevo fetiche en las salidas rurales.
Atilio Pessagno no es un pueblo, es solo es la estación y un enorme portal que señala el ingreso a la Estancia San Roque, cuyo dueño era, justamente, el mencionado Atilio quien donó las tierras para que se levante la parada ferrroviaria.
Almorzamos unos sánguches de mortadela a la sombra de unos añosos eucaliptos y con todas las pilas nos subimos al terraplén donde alguna vez se asentaron las vías y que hoy sirve de improvisado camino hacia el próximo punto: Estación Libres del Sud.
La senda sobre el terraplén te hace correr a mil, es de conchilla, cruza algunas arboledas -verdaderos aires acondicionados naturales- y te permite tener una visión inugualable del paisaje. Pasamos por un dique o defensa de uno de los tantos canales (¿el 18?) del sistema del Salado y divisamos la enorma arboleda que cubre a la increíble estación Libres del Sud.
Ves la estación y no la podes creer. Un edificio impresionante para nadie. Casi no hay pueblo. Pocas estaciones del área metropolitana tienen semejante edificio. Dentro del cuadro de la estación hay precarias construcciones de chapa (ex vagones) y algunas de material que sirvieron de vivienda a trabajadores ferroviarios, hoy todo muy abandonado y librado al azar.
El nombre de la estación recuerda a los revolucionarios del grupo llamado “los Libres del Sur”, que habían insurreccionado contra Rosas en Chascomús librándose una batalla el 07 de noviembre de 1839 (http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Chascom%C3%BAs).
A partir de Libres del Sud todo fue un paseo hasta Chascomús gracias al intenso viento a favor. Paramos a pegarnos un chapuzón en un tanque australiano y re frescos completamos un total de 100 km. Cerramos la jornada con unos buenos mates de cara a un impresionante atarceder que nos regaló el sol en sociedad con su amiga la laguna.
Gracias Norberto, Black y Tano por la salida!
Jorge
Link con fotos de la salida:

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