Capilla típica de la orden Schoenttat. A la derecha la estatua en tamaño natural del Padre José Kentenich.
Edificio principal del Instituto Biológico Argentino - Biol.
Estancia Santo Domingo ganada por el abandono -evitable- y la naturaleza -implacable-. El viento fuerte y el día gris le daba un toque fantasmagórico con las puertas ý ventanas que se abrían solas y golpeaban los marcos con fuerza.
Rancho en el que nació Guillermo Hudson. Monumento Histórico. Nótese la bandera a media asta con motivo del duelo por el fallecimiento de nuestro ex presidente Néstor Kirchner.
Los amigos en el vagón devenido en restaurante. Quilmes.
Edificio principal del Instituto Biológico Argentino - Biol.
Estancia Santo Domingo ganada por el abandono -evitable- y la naturaleza -implacable-. El viento fuerte y el día gris le daba un toque fantasmagórico con las puertas ý ventanas que se abrían solas y golpeaban los marcos con fuerza.
Rancho en el que nació Guillermo Hudson. Monumento Histórico. Nótese la bandera a media asta con motivo del duelo por el fallecimiento de nuestro ex presidente Néstor Kirchner.
Los amigos en el vagón devenido en restaurante. Quilmes.
Ale propuso seguir visitando la tan fecunda “Zona Sur” del llamado Conurbano Bonaerense, particularmente el Partido de Florencio Varela, llamado así por el ilustre hombre público, escritor, poeta y periodista.
Fue toda una sorpresa descubrir esa localidad ya que tiene atractivos naturales y culturales enormes y desconocidos para muchas personas que vivimos en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores.
Florencio Varela, para muchos de nosotros, es solo un lugar por el que se pasa rápidamente para ir a La Plata o a la Costa, para los analistas políticos soretes es un lugar que constituye el “Tercer Cordón del Conurbano” en el que “gana-siempre-al-peronismo”, para los cronistas de las secciones “policiales” es un lugar que siempre rinde a la hora de dar cuenta de delitos contra la propiedad, para muchos vecinos de “la Capital” y alrededores, simplemente es un lugar peligroso y al que nunca se visitaría. Y yo, que creía que conocía bastantes cosas del área metropolitana, me di contra la pared al descubrir que en realidad no conozco ni mierda. Al menos de Varela.
Gracias a la salida también descubrí qué lugares son los que ilustran los cartelitos que llevan al frente los 148 que salen furiosos desde Constitución como si la ciudad estuviese a punto de ser bombardeada y se hubiese dado alerta de evacuación inmediata.
Es así que temprano y con la compañía de Las Pelotas, salí de casa y llegué a Constitución donde con Ale, Omar, y Oscar partimos hasta el viejo puente Pueyrredón, pasamos por Avellaneda, Sarandí, Wilde y llegamos al “Triángulo de Bernal” para agarrar “La Calchaquí”, avenida – ruta que tomó identidad propia y comparte podio con otras como “La Gaona” y “La Monteverde”.
El paisaje es el propio del Gran Buenos Aires, muchas cosas truncas pero con señales de recuperación. Descubrimos un interesante restaurante que tiene a dos viejos vagones “Metropolitan Vickers” como alas comedores y pasamos por el predio de Nuestra Señora de Lourdes de Quilmes. Pasamos por los ex laboratorios de YPF –hoy pertenecientes a la Universidad de La Plata- y llegamos al “Cruce Varela” para seguir por la Ruta 36 que tiene un tránsito muy intenso y peligroso para el ciclista.
A la altura de la localidad de Bosques, tomamos a la derecha –pasando por barrios muy humildes - hasta la Av. Hudson, en donde nos internamos en la zona de quintas. Tuvimos oportunidad de descubrir restos de la vieja traza del Ferrocarril Provincial hoy desactivado y ocupados sus terrenos. Por esa vía llegamos a la zona rural de Varela, en donde se asienta el Museo Provincial “Guillermo E. Hudson” por ser ese el lugar donde nació el escritor y naturalista. Hay un hermoso parque en el que se destacan los enormes ombúes. También hay una casa ecológica y una nutrida biblioteca en la que se pueden adquirir las obras del afamado escritor.
A pocos kilómetros de allí –y pasando un enorme santuario destinado al Gauchito Gil- y nos fuimos en búsqueda de la Estancia Santo Domingo –hoy abandonada e intrusada reiteradamente- que fuera un convento construido por los Jesuitas en 1759. La estancia tiene un impresionante edificio estilo inglés y otros edificios anexos entre los que se destacan impresionantes caballerizas. Esta todo roto y abandonado, y sería escenario perfecto para un capítulo entero de la serie “La tierra sin humanos” o para un escenario fílmico de una tierra post nuclear. Por el fuerte viento que hubo en la jornada las puertas y ventanas golpeaban contra los marcos lo que le daba un toque siniestro a la visita.
Al salir de la estancia, nos sorprendió un chaparrón y ni bien paró volvimos a la Ciudad de Varela, en donde visitamos el sitio conocido como “La Colorada” por un viejo almacén del que solo queda un antiguo surtidor de nafta que está en la vereda como “algo más”. Luego pasamos por el “Instituto Biológico Argentino” con un hermoso edificio que corona el predio que fuera fundado en 1908 y que fuera pionero en la elaboración de vacunas y sueros. En los alrededores de la Estación del FFCC Roca hay hermosas casas centenarias y calles con un empedrado –formado por piedras de irregular forma- que no he visto en otras partes de Buenos Aires.
La Av. San Martín es preciosa, un boulevard con añosos árboles y esculturas que conforman un lindo paseo. Frente a la Plaza está el Museo Comunitario en lo que era el viejo edificio de la Municipalidad. Allí no solo nos atendieron muy bien sino que nos regalaron bibliografía con la historia del pueblo. En la misma cuadra esta la Iglesia de San Juan Bautista (Patrono del Partido), templo matriz de Varela y en el que descansan los restos del fundador del pueblo Juan de la Cruz Contreras, en el que se destaca la torre que esta coronada con un llamativo campanario.
Tras comer en una pizzería del centro y clavarnos un helado, visitamos otro lugar sorprendente: el Santuario de Nuevo Schoensttat, el más importante de la orden en la “Provincia” que conforman Argentina, Uruguay y Paraguay. A la típica capilla que distingue a la orden la acompaña una monumental iglesia consagrada al Dios Padre –de ahí las continuas referencias a formas triangulares-, la Casa Provincial, un cementerio, el altar de los peregrinos, un vía crucis y otros edificios, todo distribuido en un parque hermoso que vale la pena visitar.
Para despedirnos de Varela visitamos la Estación Gobernador Monteverde del FFCC Provincial a la que pudimos acceder gracias a la buena onda de la gente del centro tradicionalista “Fortín La Tropilla”.
Como se venía la noche tuvimos que retomar a Buenos Aires, conscientes de que nos íbamos sin conocer otros interesantes lugares que ofrece Florencio Varela.
Fueron unos placenteros y gratificantes 112 km de pedaleo gracias a la buena compañía de los amigos y la suerte de tener una localidad tan interesante y con tantas historias por descubrir, acá nomás, a la vuelta de casa.
Jorge
Link a Picasa por fotos:
http://picasaweb.google.com/jorgelusona/FLORENCIOVARELA?authkey=Gv1sRgCP6hp-KKuL3p6gE
Orden Schoensttat: www.schoenstatt.org.ar
Municipalidad de Florencio Varela: www.florenciovarela.gov.ar/
Muy lindo relato Jorge, los disfruté, gracias por compartirlo.
ResponderEliminar