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El recorrido que hice. Se puede ver en esta imágen la distancia del viejo camino de las actuales RN 7 y RN 8. |
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Carátula del Plano de Caminos que disparó la idea de hacer este relevamiento,
sin pretensiones de alcanzar rigor histórico. |
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Referencias del plano de 1931 |
Introducción.
Hace un tiempo me topé con unos viejos planos de caminos editados por la
Oficina Cartográfica “Montenegro Paz” para el Touring Club Argentino (TCA),
entidad que junto al ACA promovieron el uso del automóvil a principios del
Siglo XX. Uno de esos planos recorre el viejo Camino entre la Ciudad de Buenos
Aires y Rosario, en la Provincia de Santa Fe.
El plano, que fue confeccionado de acuerdo a relevamientos en el propio terreno
durante los años 1930, 1931 y 1933, nos muestra un camino muy distinto al
actual. Nada de autopista ni las rutas clásicas que corren radiales a la ciudad
capital de nuestro país.
El camino a Rosario –al menos el que resultaba recomendable por el TCA para
esa época- salía de Buenos Aires y tomaba hacia el Oeste, pasando por Luján,
San Andrés de Giles, y girando al norte al llegar a Carmen de Areco, y su ruta
hacia Arrecifes, Pergamino, San Nicolás, Villa Constitución y Arroyo Seco.
Si bien existían caminos reales a principios de los años 30 del siglo
pasado, no existían los grandes corredores viales –tal como hoy los conocemos- que
hoy parten de Buenos Aires hacia el Oeste y el Norte del país. La Ruta Nacional
(RN) 8 es de 1943, la RN 7 data de 1945 y la RN 9 fue pavimentada en 1936.
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Referencias del plano de 1931 |
Me gusta descubrir cosas a bordo de una bicicleta y este plano
del TCA me ofrecía pistas interesantes: emplazamientos de caminos que hoy se
encuentran en desuso, viejas almacenes y estaciones de servicio, puentes y
alcantarillas. Además me resultó interesante la cantidad de avisos
publicitarios que trae el plano en su reverso, en el espacio dedicado a exponer
las bondades de las ciudades destacadas del recorrido. ¿Quedaría alguna señal
de esos edificios comerciales, talleres, almacenes y estaciones de servicio que
sirvieron a locales y viajantes hace ya 84 años?
Me propuse relevar el viejo camino partiendo desde la localidad de Carlos
Keen (Estación ferroviaria perteneciente al FCGM ex FCCA) hasta Apeadero Km.
108 (FCGU ex FCCBA), pasando por Villa Ruiz, Cucullú y San Andrés de Giles.
Ya había pedaleado por la zona –de hecho fue mi primera salida tras mi
retome a la bici en 2008- pero esta vez me propuse hacerlo desde la perspectiva
de aquellos que se internaban en la “aventura” de viajar en auto, sin la
tecnología actual, por caminos de tierra y un poco a la buena de Dios.
Al ver los viejos edificios de tiendas comerciales, los almacenes con
viejos surtidores, los puentes empedrados, no es difícil imaginar avanzando a
toda velocidad y levantando polvo un Ford A o un T, un Ruby o un Oakland
con sus pasajeros llenos de tierra.
Sin lugar a dudas fue un camino otrora importante. Lo sigue siendo pero no
con esa proyección interjurisdiccional. Hoy existe para la gente de la zona.
Nada más. La importante cantidad de surtidores de combustible que sobrevive en
el recorrido da cuenta de un pasado muy transitado y sediendo de petróleo.
Arrancando desde Carlos Keen y pasando por Villa Ruiz y Cucullú:
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Estación Carlos Keen |
Carlos Keen florece todos los fines de semana gracias a la visita de
cientos de turistas. Y se lo ve activo. Ayuda mucho el hecho de que la ruta que
sale de Luján se encuentra en muy buen estado. Si bien la estrella de la zona
es el ramal ferroviario del Mitre que vincula Pergamino con el Oeste, la ruta
nunca dejó de ser importante. El puente sobre el arroyo De la Cruz muestra
bases sólidas y un estilo de construcción propio de los años 30 del siglo
pasado.
Con algunas curvas cerradas y lomos de burro que rompen aspiraciones
pisteras de algunos automovilistas, el camino te deja suave en Villa Ruiz.
Entre los distintos edificios interesantes que se pueden encontrar allí, se
advierte una importante cantidad de construcciones que tuvieron destino
comercial entre las que se destaca la estación de servicio. Mucho comercio para
el pueblo. Me permito inferir que se abastecían en Ruiz los pobladores de los
campos de la zona y muchos viajeros que se movilizaban en auto hacia el oeste y
el norte del país.
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Estaciòn de servicio en Villa Ruiz. Al fondo viejo surtidor. Más antiguo que los que se ven al frente. |
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Estación Villa Ruiz. |
La estación de tren tiene la clásica estampa del Ferrocarril Central de
Buenos Aires: una sencillez sobrecogedora. Nada de la imponencia de las vecinas
del FCCA o la elegancia de las franco-belgas del Compañía General. Ladrillo,
madera, techo a dos aguas y chau. Muy lindas, un éxito seguro en Palermo Vegano
o para una producción de la revista Oh La la!mostrando chicas hippie chic.
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Almacén en Ruiz. Nótese la pintada política que aún se deja y menciona a Vicente Solano Lima (Vicepresidente de Cámpora y fallecido en 1984) |
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Otro comercio a la vera del camino en Ruiz. |
Saliendo de Ruiz se pasa por un cementerio de ómnibus de la empresa
Atlántida. Después de formar parte activa en el infierno vehicular de la Ciudad
descansan en paz en este páramo. ¿Será adecuado el lugar para tal fin? ¿Habrán
retirado las baterías viejas, los fluidos contaminantes antes de darles destino
final a los bondis en medio del campo? Yo no tomaría agua de las napas en esa
zona.
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Cruce ferroviario. Dos empresas ferroviarias, dos trochas, un destino común: el abandono. |
Al toque se llega al cruce de los FFCC Mitre y Urquiza que era administrado
por un complejo sistema de señales desde un importante cabin para evitar
colisiones entre trenes. Hoy no hay riesgo de choques ya que no hay trenes ni
nada que pueda circular por esas vías. Pero ojo! Alguien estuvo limpiando las
vías del FCGU. ¿Se viene la reactivación? Ver: http://portaldetrenes.com.ar/entrevias/2014/02/la-cooperativa-ferrocarril-central-buenos-aires-presenta-su-coche-motor/
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Puente empedrado |
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Detalle del puente. |
Antes de llegar a Cucullú se cruza, por un hermoso puente empedrado y con bases
de ladrillo con detalles de terminación muy esmerados, la Cañada del Sauce. Mucha
paz que te aleja de la realidad. Pero el aroma del humo que sale de hornos de
ladrillos te anuncia la cercanía al pueblo hornero y alfarero de Cucullú.
Visité la estación del FCGU y el edificio que perteneció a la Escuela Nro.
5 hasta 1946. La calle principal cuenta con muchos comercios y frente a una
moderna casa permanecen dos viejos surtidores que hoy ya no se usan.
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Escuela Nro. 5. Desde 1946 ya no funciona en el lugar. |
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Estación Cucullú. El perro no estaba amigable. |
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Comercios en Cucullú. |
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Surtidores en Cucullú. |
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Viejo cartel que señala el camino a San Andrés de Giles. Ya no se lo usa ya que la gemte tiene la RN 7 asfaltada pero peligrosa! |
El flujo del pueblo corre hacia el acceso a la RN 7 pero en el cruce que
está coronado por un viejo almacén y panadería por un lado y la iglesia por el
otro, se encuentran viejos carteles de vialidad que dirigían el tráfico hacia
el camino de tierra que corre paralelo a las vías del Urquiza y que te llevan
directo a San Andrés de Giles. Eso era antes de que la gente tomase casi
ineludiblemente la RN 7 para ir hasta Giles o Buenos Aires. En la actualidad el
camino de tierra quedó sin protagonismo, pero aún detenta sus joyas: antiguos, hermosos
y nobles edificios y una importante cantidad de señales que se van volviendo
ilegibles con el paso del tiempo.
San Andrés de Giles.
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Sugerencias en 1931. |
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Bar 2 de Mayo. |
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Estaciòn San Andrés de Giles. |
En la entrada de Giles se encuentra el histórico Bar “El 2 de Mayo”. Pintoresco
edificio de ladrillos como era usual para época en que se lo levantó y que
servía para las pausas de reseros y viajantes. El acceso original a la ciudad y
su posterior salida hacia el oeste conformaban una verdadera escuadra. Por un
lado lo que hoy es la Ruta 193 y la Av. Lucas Scully que, tras abandonar el
ejido urbano, se convierte en el camino hacia Carmen de Areco.
Por esas dos arterias pasaba el grueso del flujo vehicular. Ello queda
evidenciado –amén del movimiento que generaba el tren- por la presencia de talleres,
viejas barracas y almacenes con surtidores.
Debía ser todo un rollo circular por esas calles y parece que en 1927
encontraron una solución: crear una diagonal que hoy corre en paralelo a las
vías del FFCC y que pasa frente a la estación. Una hermosa placa identifica a
la diagonal con el nombre de “Jorge Morgan”, “gran propulsor de la vialidad”
gracias a una ordenanza del 26 de junio de 1927. De ese modo el tránsito que
corría por el camino a Rosario podía hacerlo sin tener que ingresar al pueblo
de Giles.
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Vieja escuela. |
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Almacén de "Blanco y Blanco" la que se identifica en el aviso de la carta de planos del TCA. |
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Detalle del surtidor. |
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Nunca falta en los almacenes un buzón. |
La ciudad también tuvo un fuerte desarrollo en los alrededores de la plaza
principal. Tiene unas construcciones lindísimas y muy bien conservadas gracias a
la intervención pública y privada.
El pueblo que nació en 1793 –un mojón a la vera del arroyo Giles da cuenta
del lugar en el que todo arrancó- era descripto por la oficina cartográfica
Montenegro Paz en 1931 con los siguientes términos: “SAN ANDRÉS DE GILES es una población moderna; sus calles centrales
bien pavimentadas, su edificación compacta y sus casas de comercio bien
presentadas le dan un aspecto atrayente. Su población está calculada en unos
6.000 habitantes. Es centro comercial de una rica zona agrícola, siendo sus
principales productos: lino y maíz. Su estación despacha anualmente unas 4.000
toneladas de lino y unas 7.500 de maíz.”
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Puente sobre el arroyo Giles. Aún se pueden ver los restos del viejo puente. |
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Monolito que da cuenta del primer loteo en el pueblo. Hacia fines del siglo XVIII. |
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Otro puente sobre el arroyo Giles. |
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Casa Pelàez, La misma del aviso de 1931. |
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Casa Mendez. La misma del aviso. Impresionante edificio. |
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Edificio municipal |
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Placa en el hall del edificio municipal. |
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Escuela común. |
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Ex biblioteca. Hoy mercería. Los tiempos cambian ... |
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Mercado Municipal. Hoy es un centro cultural. |
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Portal de club con sus ventanitas para vender entradas a eventos. |
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España. |
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Italia. |
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Casa de la familia Cámpora. |
En la carta de planos se anuncian agentes de las automotrices Ford y
Chevrolet y las Casas comerciales “Méndez Hnos. y Ruiz y Peláez” y el “Almacén –
Bazar – Ferretería de Blanco y Blanco” que ofrece su surtidor de nafta y
aceites. Lo lindo es que se pueden encontrar
todos esos comercios –o mejor dicho los edificios que los contuvieron- haciendo
una recorrida con la vista al cielo buscando los remates de las fachadas de los
viejos edificios.
Se destacan los edificios de la Municipalidad, el de la Iglesia, los de las
comunidades Italiana y Española y el Mercado Municipal. Impresionantes todos.
Busqué y encontré –con ayuda de un vecino vendedor de pochoclo- la casa de
Héctor Cámpora, presidente de la Nación en 1973, año de mi nacimiento.
En medio de mí recorrido por la ciudad, pedaleando con cadencia y sin rumbo
(así es como se encuentran las cosas), me topé con un lugar que parecía ser el
must del día: la casa de remates “Burgos”.
Millones de argentinos nos deleitamos viendo programas de Las Vegas en los que
se simulan pujas por objetos antiguos y a pocos km de Buenos Aires lo tenemos
al martillero Burgos vendiendo al mejor postor –blandiendo actoralmente el
martillo de rematador y a vivísima voz- sifones, muebles, vajilla y hasta un
espejo que quien sabe lo que habrá reflejado, hasta llegar a concretar la venta por remate. Un
verdadero show. De haber llevado dinero y las alforjas hubiese ofertado por
unas piezas de vajilla. Los remates convocan mucha gente. Estaré atento para la
próxima.
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Almuerzo bajo el amable sol del otoño. |
La Av. Scully te deja en el puente vial cruza el arroyo Giles. Es un puente
moderno pero debajo de él resisten los restos del viejo puente de ladrillos. Cruzando
la ruta 41 el camino se hace de tierra. Es muy ancho y sigue más o menos a la
par de las vías del Ferrocarril Urquiza.
Más allá de Giles.
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Escuela en paraje Km 108. |
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Almacén KM 108 y sus surtidores. |
Nada de nada, desolada la ruta. Pero de golpe algunas construcciones: una
sencilla escuela con amplios ventanales y un enorme edificio en el que funciona
la “Sociedad de Fomento KM 108”. Pero la estrella del paraje es el almacén –que
se encuentra cerrado- con sus surtidores, estafeta postal, teléfono público y
hasta una curiosa ventanita como las que usan las farmacias para atender en las
noches de turno. Aún se conservan carteles publicitarios de chapa anunciando
marcas como “Crush” y “7 Up”.
El nombre del paraje proviene del cercano Apeadero Km 108 del Ferrocarril
Urquiza.
Seguí unos pocos kilómetros más hasta el arroyo de Las Chanaritas. Supuse
que encontraría un puente pero solo hallé una alcantarilla muy bien construida
y conservada.
La vuelta la hice por otro camino, saliendo para el paraje La Florida,
pasando por el Cementerio abandonado de Giles, el Club de Planeadores Albatros,
y Villa Espil. En total 102 km cómodos salvo por el viento en el primer tramo
del recorrido.
Espero continuar recorriendo el camino hasta donde se pueda tras historias
y nuevas cosas para descubrir.
Continuará. Hasta Rosario no paramos …
Jorge.