martes, 19 de julio de 2011

RAMALEANDO POR VERÓNICA, LAS TAHONAS Y MONTE VELOZ. EL SAMBOROMBON. LOS RAMALES A LAS CANTERAS DE CONCHILLAS Y EL BAPI.

Punta de la pista de aterrizaje de la Base Aeronaval de Punta Indio. Por acá pasaban aviones.
Terraplén ferroviario arrasado por el agua o por alguien, no se sabe. Por acá pasaban trenes.
Impresionante puente para un ramal de carga y solo para buscar conchilla.
Hoy no levantan un puente así ni para la conectar dos ciudades.
Impresionantes tanques en la Estación Monte Veloz. Parecen los aparatos de la película Guerra de los Mundos.
La estación Las Tahonas no tiene edificio propio pero provisoriamente y finalmente de forma definitiva, se reconvirtieron vagones de tren como el de la imagen para que funcionen como edificios. No se ve pero este vagón conserva las ventanas en sus laterales.

Qué zona tan enigmática que es el triángulo que se dibuja entre Magdalena, Las Pipinas y Punta Piedras. Es la pampa pero al mismo tiempo sientes aires de mar, pero te asomas y el agua es bien marrón. Hay faros en medio de la nada, vacas, viento a mil, caracoles que habitaron hace miles y miles de años el mar por todos lados y por si faltase algo hay, perdón, hubo trenes.

El punto de encuentro fue en Verónica, los amigos fueron llegando durante la jornada del sábado así que aprovechamos para pedalear el pueblo de Verónica, reunión de gente que no tiene siquiera 100 años y que se llama así porque ese era el nombre de la mujer del dueño de las tierras. Hoy el pueblo no lleva solo en nombre sino que su ejido luce cuatro diagonales que dibujan dos V. Es muy linda ciudad. No tiene edificios muy antiguos y se destaca la estación ferroviaria, hoy convertida en sede de oficinas municipales y estación de ómnibus.

A la tarde fuimos a visitar la Estación Las Tahonas, con sus pintorescos edificios otrora vagones de tren y de ahí de vuelta a Verónica y a buscar el “Corral del Indio”, recodo natural que forma –como todo rio de llanura- el curso del Samborombon y que se dice fue usado por los indios para encerrar al ganado. Se va por un camino de conchilla rapidísimo que se va poniendo terroso llegando al arroyo llamado De Los santos.

A la noche fue todo genial, cenamos y sufrimos con la eliminación de la selección argentina en la Copa América.

El domingo arrancamos temprano y salimos a la aventura. Mucho frio, sufriéndolo pero el camino hacia la estación Monte Veloz llena de palmeras, vegetal que se asocia a climas más piolas para pedalear. Antes de llegar a Monte Veloz, linda estación a la que pudimos acceder previa solicitud de permiso, vimos una llamativa curva en el camino, un giro no habitual para los caminos rurales, y claro, ya que ese desplazamiento fue alguna vez asiento de un ramal ferroviario.

Es que de Monte Veloz salía un ramal que luego se bifurcaba hacia otros destinos para buscar un recurso natural amigo del ciclista: la conchilla, material natural (caparazones de moluscos que se sedimentaron y que hoy se usa para aportar calcio a la industria alimentaria y como material de construcción) que es uno de los principales recursos de la Bahía de Samborombon.

Nos internamos en lo que fue la traza de los viejos ramales que se dejaban ver por la aparición –cada tanto- de un poste telegráfico, alcantarillas, durmientes y, cómo no, impresionantes puentes en medio de la nada.

Fue una experiencia inolvidable, avanzando a campo traviesa, sorteando obstáculos de todo tipo, en los que las tranqueras eran como saltar el cordón de la vereda. Así y tras horas de pedaleo y decenas de rayones en las piernas, llegamos a la Ruta 11 -que por esa zona es de conchilla- tras un breve descenso desde una altura que nos mostraba a nuestro Rio de la Plata en todo su esplendor. Almorzamos en la entrada del faro de Punta Piedras. El faro parece una antena de celular pero en estos lugares no hay lugar para la comunidad movistar y es un faro.

Seguimos hasta Punta Indio, entramos a recorrerla rapidito ya que se venía la noche. Retomando la ruta 11 giramos a la derecha y dimos con un lindo camino que nos llevó a la Base Aeronaval Punta Indio, con toda su historia –a mi modo de ver poco feliz- y su desactivado ramal ferroviario que la conectaba con la Estación Verónica.

Tuvo tal importancia esa base aeronaval –diseñada originariamente para remontar dirigibles y globos- que tenía ramal propio con pintorescas paradas intermedias.

Cansados de tanta aventura entramos a Verónica con el último rayo de sol y todos contentos.

Jorge

Link con más fotos:

https://picasaweb.google.com/jorgelusona/VERONICAMONTEVELOZPUNTAINDIORAMALEADA