Estación C. M. Naon
Mural en la Estación Olascoaga
Monumento al Indio - Los Toldos
Estación Los Toldos
Mural en la Estación Olascoaga
Monumento al Indio - Los Toldos
Estación Los Toldos
Impecable Estación San Emilio
Estación General O'Brien
Nuevamente algunas obligaciones me llevaron a la RN 5 y sus localidades linderas, las cuales son generosas en atracciones naturales y culturales y, particularmente, en trenes o en lo que queda de ellos.
Si bien no había planificado nada y tampoco llevé alforjas me tiré a hacer una salida de dos jornadas atravesando los partidos bonaerenses de Bragado, General Viamonte y 9 de Julio.
Llegué a Bragado cerca del mediodía del sábado y tras conseguir un lugar para dejar el auto arranqué para el lado del NO con destino a la localidad de O’Brien. El camino que tomé era de tierra desde ya y corre más o menos paralelo a la RP 46. La característica del camino es la ya conocida: mucha arena.
El primer tramo fue complicado por el intenso tránsito de vehículos que levantaban gran cantidad de polvo. Además hacía frio y el viento se presentó casi en contra lo que me impedía ir a más de 20 km/h y en algunos tramos sin superar los 14 km/h.
Entre Bragado y O’Brien no hay nada, ni pueblos o caseríos, señal de que en la pampa argentina, donde no hay trenes no hay nada, salvo una escuela, la N°26, la que estaba rodeada de vacas, como si fuesen alumnos en medio de un recreo pastoril.
Los últimos kilómetros antes de O’Brien fueron un suplicio, el viento estaba de frente, era fuerte, frio y levantaba nubes de polvo que no lograban parar las gafas. Consecuencia: lágrimas. Antes de llegar al pueblo me crucé con una tropilla de ganado que se desbandó ante mi paso lo que obligó al baqueano a poner en acción a su caballo para reagruparlas.
General O’Brien es un pueblo que fue tiempo atrás colonia irlandesa, tiene la estación del FCO –ramal Suipacha/Bayauca- que esta impecable y en la que funciona un museo que estaba cerrado. Allí hablé con una persona que fue jefe de estación hasta el cierre del ramal. Se destaca en el pueblo su iglesia, los clubes con su cancha de pelota paleta (vi banderas del país vasco y en Los Toldos vi programas de torneos de esa disciplina). Comí un sanguche en la estación de servicio y me despedí hasta la próxima.
Saliendo hacia el sur, llegué al pueblo de San Emilio el que tiene una hermosa estación que pertenece al FCO ramal Bragado – Lincoln. En ella funciona un museo muy bien atendido, el que se ha nutrido con el aporte de los vecinos y los alumnos de la escuela. El tren de pasajeros circula por ese ramal y más allá de eso, la estación esta como nueva.
San Emilio se encuentra en el Partido de General Viamonte y se vincula con la ciudad cabecera, Los Toldos, por un camino de tierra que corre paralelo a las vías del tren. El pueblo está muy cuidado y la gente es muy copada. Se destaca la capilla, el club con su cancha de bochas, los ranchos centenarios y el aljibe de la estación. En la zona tienen una costumbre ya conocida en Chubut: la caza de liebres con galgos. Vale la pena visitarlo.
Cuando salí de San Emilio ya estaba cayendo el sol alarmantemente entonces le pegué a full a Los Toldos.
Llegué a la ciudad que vio crecer a Evita cuando ya no había sol. La llegada se anuncia con un enorme cartel que indica que Los Toldos es el pueblo de Eva Duarte de Perón. Pasé por la estación para la foto de rigor y me alojé en el hotel Italiano. A la noche fui a comer a un restaurante Hipólito, muy bien atendido, porciones abundantes y precios súper accesibles.
A la mañana salí temprano para visitar el museo casa natal de Evita. En el solar que está muy bien conservado se crió Evita. Ella en realidad nació en una estancia de la zona, llamada La Unión. La casa pertenece al Partido Justicialista y tiene objetos muy interesantes.
Saliendo de Los Toldos visité el monumento al Indio y la llamada “Tribu”, la laguna La Azotea y el boliche La Colorada.
Cruce la RP 65 y me interné en el medio de la llanura alcanzando el partido de 9 de Julio. Así llegué al pueblo de Carlos María Naón, pueblo que se asienta sobre el ramal del FCO que une a la vía principal de dicha línea desde Olascoaga hasta General Pico. La vía está más o menos y hay señales de que cada tanto pasa un carga.
Naón es un pueblo grande con un club, capilla y una estación que se encuentra en estado regular. En el Club compré unas empanadas que comí en la plaza y rajé para el lado de Olascoaga siguiendo la ruta identificada con el N°70 que es de tierra y te lleva hasta Bragado. El viento se puso en contra y el tramo fue duro. Cruzando el arroyo Mercante divisé una antena, señal de que me acercaba a Olascoaga.
La estación Olascoaga se asienta sobre la vía principal del FCO que va a Toay. Tiene una importante infraestructura ferroviaria ya que en ese punto se une el ramal antes citado que pasa por Naón. Se destaca el cabin de señales, casas para el personal, un vagón hermoso de principios del siglo XX convertido en vivienda. En los galpones graneros aparentemente funciona un centro cultural mapuche. El ramal esta activo y pasa el tren que va de Once a Pehuajó.
Hablé con una persona quien me refirió de cómo quedó el pueblo después de la sistemática destrucción del aparato productivo de nuestro país: la desaparición de fábricas de queso, el desguace del ferrocarril y el vaciamiento del pueblo. Se destaca el hermoso edificio escolar y el estado de la estación.
Salí de Olascoaga por lo que llaman el “camino real” que corre paralelo a la vía del tren y te deja en la plaza principal de Bragado. Como despedida el clima me regaló un frio intenso y un viento violento en contra, como para no olvidar que estamos llegando al invierno.
Fueron 190 kilómetros muy entretenidos e interesantes pero que por efecto del viento se sintieron en las piernas como si hubiesen sido 250. La zona tiene aún muchas cosas para conocer por lo que hay que planificar algo para el mes de julio.
Jorge
Nota final: Llama la atención la cantidad de escuelas que hay a lo largo y ancho de la provincia. Siempre se habla de los trenes y como se ha desarticulado el sistema de transporte férreo, pero casi nadie menciona como se ha desarmado el sistema educativo: escuelas casi vacías que resisten con pocos alumnos ya que la gente se ha desplazado para las ciudades, maestros que no tienen incentivos para quedarse en los pueblos en los que se asientan los colegios, etc. En el viaje pude ver dos casos que hablan por sí solos: la escuela de Olascoaga, edificio preparado para la gloria, en un estado lamentable, con vidrios rotos y un frente sucio (no juzgo lo que pasa adentro, lo que seguramente es genial por obra y gracia de los maestros y los chicos) y la Escuela N°27 entre la mencionada localidad y Bragado -típico edificio escolar rural bonaerense- totalmente abandonado y ocupado por palomas.
Algunos links interesantes:
- Todas las fotos de la salida: http://picasaweb.google.com/jorgelusona/BRAGADOLOSTOLDOS
- Los Toldos: http://www.descubrilostoldos.gov.ar/ , http://www.evitadelostoldos.org
y http://www.museolostoldos.com.ar/
- Crónica de viaje en tren por la zona: http://www.sateliteferroviario.com.ar/lincoln/
Estación General O'Brien
Nuevamente algunas obligaciones me llevaron a la RN 5 y sus localidades linderas, las cuales son generosas en atracciones naturales y culturales y, particularmente, en trenes o en lo que queda de ellos.
Si bien no había planificado nada y tampoco llevé alforjas me tiré a hacer una salida de dos jornadas atravesando los partidos bonaerenses de Bragado, General Viamonte y 9 de Julio.
Llegué a Bragado cerca del mediodía del sábado y tras conseguir un lugar para dejar el auto arranqué para el lado del NO con destino a la localidad de O’Brien. El camino que tomé era de tierra desde ya y corre más o menos paralelo a la RP 46. La característica del camino es la ya conocida: mucha arena.
El primer tramo fue complicado por el intenso tránsito de vehículos que levantaban gran cantidad de polvo. Además hacía frio y el viento se presentó casi en contra lo que me impedía ir a más de 20 km/h y en algunos tramos sin superar los 14 km/h.
Entre Bragado y O’Brien no hay nada, ni pueblos o caseríos, señal de que en la pampa argentina, donde no hay trenes no hay nada, salvo una escuela, la N°26, la que estaba rodeada de vacas, como si fuesen alumnos en medio de un recreo pastoril.
Los últimos kilómetros antes de O’Brien fueron un suplicio, el viento estaba de frente, era fuerte, frio y levantaba nubes de polvo que no lograban parar las gafas. Consecuencia: lágrimas. Antes de llegar al pueblo me crucé con una tropilla de ganado que se desbandó ante mi paso lo que obligó al baqueano a poner en acción a su caballo para reagruparlas.
General O’Brien es un pueblo que fue tiempo atrás colonia irlandesa, tiene la estación del FCO –ramal Suipacha/Bayauca- que esta impecable y en la que funciona un museo que estaba cerrado. Allí hablé con una persona que fue jefe de estación hasta el cierre del ramal. Se destaca en el pueblo su iglesia, los clubes con su cancha de pelota paleta (vi banderas del país vasco y en Los Toldos vi programas de torneos de esa disciplina). Comí un sanguche en la estación de servicio y me despedí hasta la próxima.
Saliendo hacia el sur, llegué al pueblo de San Emilio el que tiene una hermosa estación que pertenece al FCO ramal Bragado – Lincoln. En ella funciona un museo muy bien atendido, el que se ha nutrido con el aporte de los vecinos y los alumnos de la escuela. El tren de pasajeros circula por ese ramal y más allá de eso, la estación esta como nueva.
San Emilio se encuentra en el Partido de General Viamonte y se vincula con la ciudad cabecera, Los Toldos, por un camino de tierra que corre paralelo a las vías del tren. El pueblo está muy cuidado y la gente es muy copada. Se destaca la capilla, el club con su cancha de bochas, los ranchos centenarios y el aljibe de la estación. En la zona tienen una costumbre ya conocida en Chubut: la caza de liebres con galgos. Vale la pena visitarlo.
Cuando salí de San Emilio ya estaba cayendo el sol alarmantemente entonces le pegué a full a Los Toldos.
Llegué a la ciudad que vio crecer a Evita cuando ya no había sol. La llegada se anuncia con un enorme cartel que indica que Los Toldos es el pueblo de Eva Duarte de Perón. Pasé por la estación para la foto de rigor y me alojé en el hotel Italiano. A la noche fui a comer a un restaurante Hipólito, muy bien atendido, porciones abundantes y precios súper accesibles.
A la mañana salí temprano para visitar el museo casa natal de Evita. En el solar que está muy bien conservado se crió Evita. Ella en realidad nació en una estancia de la zona, llamada La Unión. La casa pertenece al Partido Justicialista y tiene objetos muy interesantes.
Saliendo de Los Toldos visité el monumento al Indio y la llamada “Tribu”, la laguna La Azotea y el boliche La Colorada.
Cruce la RP 65 y me interné en el medio de la llanura alcanzando el partido de 9 de Julio. Así llegué al pueblo de Carlos María Naón, pueblo que se asienta sobre el ramal del FCO que une a la vía principal de dicha línea desde Olascoaga hasta General Pico. La vía está más o menos y hay señales de que cada tanto pasa un carga.
Naón es un pueblo grande con un club, capilla y una estación que se encuentra en estado regular. En el Club compré unas empanadas que comí en la plaza y rajé para el lado de Olascoaga siguiendo la ruta identificada con el N°70 que es de tierra y te lleva hasta Bragado. El viento se puso en contra y el tramo fue duro. Cruzando el arroyo Mercante divisé una antena, señal de que me acercaba a Olascoaga.
La estación Olascoaga se asienta sobre la vía principal del FCO que va a Toay. Tiene una importante infraestructura ferroviaria ya que en ese punto se une el ramal antes citado que pasa por Naón. Se destaca el cabin de señales, casas para el personal, un vagón hermoso de principios del siglo XX convertido en vivienda. En los galpones graneros aparentemente funciona un centro cultural mapuche. El ramal esta activo y pasa el tren que va de Once a Pehuajó.
Hablé con una persona quien me refirió de cómo quedó el pueblo después de la sistemática destrucción del aparato productivo de nuestro país: la desaparición de fábricas de queso, el desguace del ferrocarril y el vaciamiento del pueblo. Se destaca el hermoso edificio escolar y el estado de la estación.
Salí de Olascoaga por lo que llaman el “camino real” que corre paralelo a la vía del tren y te deja en la plaza principal de Bragado. Como despedida el clima me regaló un frio intenso y un viento violento en contra, como para no olvidar que estamos llegando al invierno.
Fueron 190 kilómetros muy entretenidos e interesantes pero que por efecto del viento se sintieron en las piernas como si hubiesen sido 250. La zona tiene aún muchas cosas para conocer por lo que hay que planificar algo para el mes de julio.
Jorge
Nota final: Llama la atención la cantidad de escuelas que hay a lo largo y ancho de la provincia. Siempre se habla de los trenes y como se ha desarticulado el sistema de transporte férreo, pero casi nadie menciona como se ha desarmado el sistema educativo: escuelas casi vacías que resisten con pocos alumnos ya que la gente se ha desplazado para las ciudades, maestros que no tienen incentivos para quedarse en los pueblos en los que se asientan los colegios, etc. En el viaje pude ver dos casos que hablan por sí solos: la escuela de Olascoaga, edificio preparado para la gloria, en un estado lamentable, con vidrios rotos y un frente sucio (no juzgo lo que pasa adentro, lo que seguramente es genial por obra y gracia de los maestros y los chicos) y la Escuela N°27 entre la mencionada localidad y Bragado -típico edificio escolar rural bonaerense- totalmente abandonado y ocupado por palomas.
Algunos links interesantes:
- Todas las fotos de la salida: http://picasaweb.google.com/jorgelusona/BRAGADOLOSTOLDOS
- Los Toldos: http://www.descubrilostoldos.gov.ar/ , http://www.evitadelostoldos.org
y http://www.museolostoldos.com.ar/
- Crónica de viaje en tren por la zona: http://www.sateliteferroviario.com.ar/lincoln/